La psicoterapia es el proceso mediante el cual se ayuda al paciente con sus dificultades, para así mejorar su manera de vivir, pensar, sentir y actuar. El objetivo sería aumentar el bienestar y calidad de vida del individuo, de la pareja o de la familia.
Nuestra atención terapéutica va dirigida a personas de todas las edades, con diferentes patologías y en distintas situaciones vitales.
Al acudir a nuestro centro, el paciente referirá el motivo de consulta. Antes de iniciar una terapia, realizamos una Evaluación Psicológica que nos ayudará a identificar la problemática del paciente. Esta evaluación consiste en primer lugar, en elaborar la historia clínica del mismo, a través de una serie de entrevistas, pudiéndose aplicar si es necesario también una serie de pruebas diagnósticas.
Una vez informado el paciente y en función de los resultados obtenidos en la exploración, se verá la necesidad o no de iniciar una terapia. La evaluación psicológica, no implica necesariamente el inicio de un tratamiento.
En algunos casos bastará con una orientación puntual. En otros, cuando lo indicado sea iniciar un tratamiento, elaboraremos un proyecto terapéutico adaptado a las condiciones particulares del paciente, acordando con el mismo el tipo de terapia a seguir, así como la periodicidad de las sesiones.
La elección del tipo de terapia (psicoterapia dinámica, terapia cognitiva, psicoterapia de apoyo, psicoterapia breve, psicoterapia sistémica) vendrá también marcada por las características individuales del paciente y por la sintomatología y problemática que plantee.
Las sesiones podrán ser individuales, de pareja o familiares. En el caso de niños y adolescentes es importante la colaboración de los padres para la pronta resolución del conflicto, por lo que será conveniente tener también sesiones periódicas con los mismos.
De cualquier modo, la sesión es un lugar para el encuentro con uno mismo y en donde el clima necesario vendrá marcado por la ausencia de juicios de valor, la aceptación y el respeto profundo al paciente y a su sufrimiento.
A partir de este sentirse escuchado, comprendido, será posible ir construyendo en la terapia caminos por los que poder discurrir de manera más sana.